miércoles, 2 de noviembre de 2011

Informático busca esposa

Me parto de risa cuando los miércoles ponen "Granjero Busca Esposa" en la televisión. Salen por allí los cinco o seis señores con sus pretendientas, y no paran de surgir frases como "la vida del campo es muy dura", "¡ay! cuánto me hacen madrugar", "mañana hay que sacar a pastar al ganado" o "tenemos que arar cuatro fanegas entre hoy y mañana".
Con todos mis respetos: menuda mierda. Si lo que quieren los directivos de las cadenas de televisión es golpear a la audiencia con auténtico hardcore, el programa que habría que preparar es Informático Busca Esposa; eso sí que iba a ser bueno...
Primero, el programa de lanzamiento con las presentaciones de los protagonistas: un tipo delgaducho y con ojeras de auténtico mapache en pantalla, sin quitarse los auriculares del iPhone escupe sin miramiento:
- Hola, me llamo Fulanito, soy operador de Nivel 1. Me gusta jugar al Warcraft, tengo nivel cuarenta y... - en ese momento, le interrumpe una llamada al móvil de soporte -... disculpad, es que estoy de guardia.
Después, en el segundo programa, las candidatas tienen un primer encuentro con los informáticos en un Apple Store, y el descaro y la picardía entran en escena, regalando al tele-espectador frases como:
- Bueno maja, y tú qué prefieres ¿Java o .Net? Tienes pinta de marchosa, seguro que te van los struts, ¿me equivoco?
Luego, cuando comenzasen las emisiones del reality como tal, la audiencia se daría cuenta cada miércoles que el trabajo del campo es una guardería comparada con la cruda realidad del sector IT. Así, un día cualquiera el informático levanta a sus pretendientes a las seis de la mañana, les enchufa una hora y media de cercanías, y una vez en la oficina de Tres Cantos, les dice sin cortarse un pelo:
- Venga Zulaila, tú ve haciéndome un funcional y un diagrama de clases a partir de esta especificación. Y tú Yeni, sácame unos informes de disponibilidad de la frame-relay con Atocha, que se queja el cliente de que se han estado descartando tramas sin haber saturado la línea.
Las chicas confesarían con ojos llorosos a la cámara:
- Es que yo no me esperaba esto, sabía que tendría que trabajar duro, pero esto es demasiado. ¡Joder! es que este tío todavía utiliza Cobol - se queja Zulaila, aunque no es la única que sufre; su compañera Yeni tampoco lo pasa nada bien:
- Es un déspota, le ha cerrado el proxy a toda la oficina... ¡esa gente está sin facebook! ¡¿qué somos, animales o personas?!
Por supuesto, no todo sería trabajar y trabajar, también habría momentos de fiesta.
- Chicas, venga, que esta noche vamos a tomar algo al bar de moda... de Second Life ¡va a ser para cagarse!
Al final, como hasta el más cuadriculado de los informáticos tiene su corazoncito, seguro que la chispa del amor prendería, y se presentarían esos momentos subiditos de tono que tanto gustan, captados furtivamente por alguna cámara oculta:
- Zule, ven que te enseño un trunk con un montón de VLANs.
Ya lo saben señores productores de televisión, el morboso filón aguarda a ser explotado ¿están dispuestos a dar una nueva vuelta de tuerca a la programación?

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